Familiares, parejas y amigos
La situación que se crea en una familia cuando uno de sus miembros padece de adicción al alcohol y otras drogas, termina por afectar la cotidianidad de todos los miembros que conviven con el paciente, provocando un grado de tensión y erosión en la comunicación generando mucho sufrimiento, rabia, ira y sentimientos de impotencia. El día a día se impregna de desesperanza respecto al futuro y de poca fe en que mejore. Inquietud, temor, preocupación, tristeza, sentimientos de culpa, enfado y vergüenza se mezclan. La creencia de que la familia no ha hecho las cosas bien, despierta sentimientos de confusión, creando un círculo en el cual en vez de disminuir la adicción por el contrario se incrementa. Estas son las sensaciones más frecuentes que los familiares y las parejas sufren durante años. La participación de los familiares y la pareja en las terapias que el Centro prevé para ellos, tiene como objetivo ayudar a resolver estas situaciones, conocer mejor la enfermedad y aprender qué conviene y qué no conviene hacer para colaborar en la recuperación del paciente.